Mpèmba
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El mundo de los muertos

El mundo de los muertos

Para poder entender a cabalidad cualquier sistema religioso, es importante estudiar y comprender su cosmogonía, es decir, el conjunto de ideas que explican la existencia en su totalidad: la creación, los entes que la habitan, sus interrelaciones y su fin último. La cosmogonía ofrece una visión global de cómo un grupo cultural o religioso entiende el universo, tanto visible como invisible, y el papel que juegan los seres humanos dentro de él.

En lo que respecta al Palo Monte Mayombe, su cosmogonía es uno de los ámbitos que más se ha desvinculado de su matriz Bakongo. Lo que ha llegado hasta nuestros días no es más que un constructo de fuertes bases católico-espiritistas con algunos elementos de la tradición Lucumí (Pueblos Yoruba). Este sincretismo se debe, en gran parte, a las circunstancias históricas y culturales en las que los esclavos africanos y sus descendientes se encontraron en el Caribe.

Contrario a lo que han escrito la mayoría de los investigadores, los Congos que llegaron a Cuba sí trajeron consigo su propio sistema cosmogónico, aunque no con el nivel de detalle y profundidad nativo, debido a los escasos sacerdotes (Ba-nganga) y miembros de Sociedades Secretas (la mayoría aún en periodo de formación) que llegaron como esclavos a Cuba. Al menos en la Regla Mayombe, hasta nuestros días se han preservado los remanentes de la Tradición Bakongo, no solo en las prácticas litúrgicas, sino también en sus conceptos filosófico-espirituales. Este legado se manifiesta en rituales, ceremonias y en la comprensión del mundo espiritual.

El Palo Monte Mayombe, una de las ramas más conocidas de la religión afrocubana, tiene profundas raíces en la cosmogonía Bakongo. Esta religión fue practicada originalmente por los pueblos Bakongo, ubicados en la región central de África, particularmente en lo que hoy es la República Democrática del Congo, Angola y la República del Congo. Estos pueblos tenían un complejo sistema de creencias que incluía la adoración de un dios supremo, Nzambi Mpungu, y una rica tradición de espiritismo y magia.

En este seminario estudiaremos cómo los Mayomberos entienden el Nza (El Universo) y las dimensiones que lo conforman, desde la Naturaleza Visible (Nseke) hasta la Naturaleza Invisible (Mpèmba), así como el papel del hombre (Muntu) en la creación. El Nza es visto como un todo interconectado, donde lo visible y lo invisible están en constante interacción. La Naturaleza Visible (Nseke) incluye todo lo que podemos percibir con nuestros sentidos: la tierra, el agua, las plantas, los animales y los seres humanos. Por otro lado, la Naturaleza Invisible (Mpèmba) comprende el mundo de los espíritus y los ancestros, un lugar donde residen las almas después de la muerte y donde los espíritus tienen un impacto significativo en el mundo de los vivos.

La tradición Bakongo, y por ende el Palo Monte Mayombe, sostiene que el hombre (Muntu) tiene un papel crucial en la creación. Los seres humanos no son meros espectadores en el cosmos; están activos y participan en el equilibrio y armonía del Nza. Los Mayomberos creen que cada individuo tiene un destino predeterminado y un propósito en la vida, y que es responsabilidad de cada persona cumplir con ese propósito a través de sus acciones y decisiones. Los rituales y ceremonias del Palo Monte Mayombe están diseñados para ayudar a los individuos a alinearse con su destino y a mantener el equilibrio entre el Nseke y el Mpèmba.

El conocimiento de las dimensiones del Nza y la comprensión de la relación entre lo visible y lo invisible son fundamentales para los Mayomberos. Los rituales, que a menudo implican la invocación de espíritus y ancestros, están destinados a comunicar con el Mpèmba y a pedir la guía y protección de los espíritus. Estos rituales también tienen como objetivo restaurar el equilibrio cuando se ha roto, ya sea por enfermedades, problemas personales o conflictos comunitarios.

En resumen, la cosmogonía del Palo Monte Mayombe es un sistema complejo y profundo que ha evolucionado a lo largo de los siglos, incorporando elementos de diferentes tradiciones y adaptándose a las nuevas realidades sociales y culturales. Sin embargo, en su esencia, sigue siendo un reflejo de las creencias y valores de los pueblos Bakongo, con su énfasis en la interconexión de todas las cosas, la importancia de los ancestros y el papel activo del ser humano en el universo.