El Nkisi como objeto mágico
Podemos definir al Nkisi (pl. minkisi) como un objeto vulgar e inanimado, que una vez preparado por el nganga nkisi (el mayombero afrocubano) por medio de la palabra, ritos y gestos e introducir los bilongos (sustancias mágicas de origen vegetal, mineral o animal) adecuados proporciona morada a un espíritu, a un antepasado o a una fuerza vital, que desde ese momento queda al servicio del mayombero o sujeto a la voluntad del individuo que lo posee quien lo manipula de acuerdo a sus propósitos.
Para los africanos oriundos de los pueblos bakongo que fueron llevados a Cuba en épocas de la ignominiosa “trata” el culto al Nkisi era su forma de expresión religiosa, en Cuba esta denominación de Nkisi se transformó en el trascurso de las décadas y los cambios generacionales en: nganga, prenda, nkiso, fundamentos y otros nombres, aunque conservo todo su significado y formas de confección, esto ultimo a tenido una variación muy importante sobre todo desde la década de los 90 del siglo pasado, que está extinguiendo un rico acervo religioso que se conservó en Cuba por siglos.
El Nkisi es un instrumento eficaz de magia para el mayombero, pero no pasa de ser un simple receptáculo, ya sea temporal o permanente de fuerzas manipulables. Este objeto tenga la forma que tenga carece de significado si no contiene bilongo la sustancia mágica que lo dota de personalidad y mpungu, (propósito y función).
El verdadero valor del nkisi sale de la fuerza vital que en él está atrapada para de alguna forma beneficiar a su dueño. El objeto en si carece de valor y cuando deja de ser habitada por esa fuerza vital, ya sea por la quiebra de un tabú por parte del dueño, por la muerte del mismo o simplemente por deshacerse el acuerdo entre ambos, dueño y fuerza vital, el objeto vuelve a carecer de valor.
El Nkisi tiene valor por el dinamismo intrínseco de la fuerza vital que lo anima, ya sea Nsasi, Sarabanda, Lucero Mundo, Kalunga, un espíritu antepasado, o un nfumbe atrapado, es esa fuerza la que personifica y concretiza al objeto. Pero, el Nkisi como objeto ya dotado de dinamismo es solo el intermediario sin ningún poder personal.
Como toda acción mágica del bakongo la preparación de un Nkisi requiere la intervención de un conocedor de esos “misterios”, es el mayombero capacitado quien sabe y tiene la potestad, heredada o adquirida, para nombrar al objeto e invocar a la fuerza vital que en él va a residir, por lo tanto, y esto es extremadamente importante no existe para los bakongo el Nkisi natural o que se hace a si mismo.