Mayombe: El Origen 5/7
Mayombe: El Origen 5/7

Mayombe: El Origen 5/7

En el siglo XIII los pueblos que conformaban el Manikongo estaban distribuidos en naciones que se extendían a ambos lados del río Congo, todos ellos vendrían a conformar las identidades culturales de los Bakongo, que dicho sea de paso no se tuvieron en cuenta, en la repartición europea de África ni en el desastroso proceso de descolonización, lo cual es causa de muchos conflictos bélicos aún hoy en día. El extenso dominio cultural y político del Manikongo estaba consolidado a la llegada de los portugueses en 1482, conformaban una unidad política, económica y cultural bajo el dominio de los gobernantes (Nfumu) emparentados con el monarca absoluto quien tenía su residencia en Mbanza Kongo. Tal era su organización y poderío, que los portugueses después de establecer “relaciones diplomáticas” con el “Reino Kongo” invitaron a varios de sus “dignatarios” a visitar la corte real de Portugal en 1485. Y aquí comenzó el proceso de desculturización de esta parte de África, note el lector que, de eso, hace más de cinco siglos. Quiero señalar que tanto la definición de “Reino Kongo” como de sus “dignatarios” o “monarca” estaban definido por el paralelismo que el europeo hacía de su modelo político, pero en realidad no reflejaba el carácter real de estas naciones africanas, en esta ocasión como en muchas otras los africanos fueron engañados y arrastrados a un modelo de sociedad que apenas comprendían pero que, a todas luces, consiguió penetrar muy rápidamente en quienes ostentaban el poder en el manikongo. Los primeros cronistas sobre la conquista y colonización de África bantú, tienden en sus escritos a imponer su visión influenciada con razonamientos religiosos, de aquí que la utilización de muchos de estos escritos ha resultado inútil, la cultura Bakongo ha tenido que ser reinterpretada con nuevos criterios en los últimos tiempos.

El pueblo Kongo poco después de la llegada de los portugueses sería convertido por ley al cristianismo, después de la conversión de su monarca apenas unos pocos años más tarde de esos fatídicos encuentros. […] el rey, Nzinga Nkuwu, fue bautizado, aunque luego abandono el catolicismo. Su hijo, Nzinga Mbembe, más tarde denominado Afonso, “ascendió al trono en 1507 y gobernó como ardiente e ilustrado cristiano hasta su muerte en 1543” […]. Fue aquí donde comenzó a sembrarse la idea de un “áfrica primitiva” los africanos eran considerados por los europeos como animales, seres inferiores creados por el “Dios blanco” para servir al blanco como mercancía, y en todo caso el establecer entre el Manikongo y portugueses principalmente alguna relación comercial en “igualdad de condiciones” que en un principio fue una buena intención, se desmorono casi inmediatamente, dejando paso al sometimiento del africano por las armas y la indudable superioridad militar de los colonizadores.

Luego vinieron las guerras entre pueblos vecinos, contra europeos, entre europeos por la conquista de rutas comerciales y puertos estratégicos etc., el caos se apodero de la región y provoco finalmente el desmembramiento y reducción del Manikongo que perdió su poderío de antaño. Finalmente, la colonización, el sometimiento e imposición de una cultura y un modelo social, político y religioso que, sin tiempo para ser asimilado coherentemente por el africano, fue impuesto a toda prisa por el “amo blanco” quien lo adapto a sus intereses mercantiles y entonces el mundo africano cambio radicalmente. Las reglas de la sociedad tradicional tuvieron que modificarse y adaptarse una y otra vez para dar respuesta a la agonía y sufrimiento de miles de seres que se encontraron con nuevas enfermedades importadas, el ignominioso tráfico humano hacia el “Nuevo Mundo”, una repentina y sustancial trasformación de su forma de comerciar y convivir, y la supremacía militar de los invasores foráneos.

La religión antigua, la auténtica, la que le daba identidad como pueblo al Bakongo, fue proscrita y penada sus prácticas, por los gobernantes africanos conversos, quienes percibieron la “religión del blanco” como una forma más efectiva de dominación de sus propios súbditos y emularon con el colono en devoción y ortodoxia cristiana. Este fue el punto de partida de la demonización del folclor tradicional africano. Muchos se resistieron, y en un proceso de supervivencia las tradiciones se fueron soterrando, sobre todo en las urbes y enmascarándose en rituales católicos, sincretizándose.

Llegaron a la región Bakongo misioneros católicos, se hicieron traducciones de la biblia y del catecismo cristiano a las lenguas nativas y se empleó toda la maquinaria propagandística de la que ya eran muy conocedores los colonizadores, para doblegar la fe del Bakongo e imponer la religión cristiana. Sectas católicas radicales se residenciaron en las nuevas ciudades y en territorios selváticos e impusieron a veces por métodos violentos y otra por el soborno y la corrupción de las autoridades tribales sus convicciones religiosas, llegando incluso a tener rivalidades entre ellas dando lugar a luchas por hacerse con el control de las zonas de influencia más apetecibles, que le garantizaban recaudaciones importantes para sus congregaciones. Este aspecto es muy importante a la hora de analizar el surgimiento en Cuba del Palo Monte Mayombe, aspecto que trataremos más adelante.

Lea esta referencia Reino del Congo que pone en contexto mas ampliado las anteriores afirmaciones y preste especial atención a La Batalla de Mbwila (también la Batalla de Ambuila, Batalla de Mbuila o Batalla de Ulanga) fue una batalla que ocurrió el 29 de octubre de 1665.