Hechizo del espanto
Hechizo del espanto

Hechizo del espanto

Transcribo fielmente la “fórmula mágica” que me fue contada por Ta Jacinto Quiroz  tata-nganga cubano fallecido a los 102 años de edad y quien en vida gozo de mucha reputación entre sus coetáneos como afamado ngangulero en Herradura su pequeño pueblo natal, ubicado en Pinar del Rio al Occidente del país, del él dicen que: “siempre fue un mayombero del campo”, por su condición de campesino y porque nunca quiso aceptar la modernidad en el culto mayombe ni la introducción de ajenos y novedosos elementos en los rituales de Palo Monte,  era practicante de la Regla Mayombe al más puro estilo de antaño.

“…Yo lo he probado una y otra vez y siempre sale la misma cosa, nunca sé cómo va a funcionar. A veces, pasa del  modo más inesperado. Pero eso sí, nunca después de los siete días e incluso a “caminado” a las pocas horas, porque la brujería (del ngangulero) tiene que ser así ¡rápida! Y los “trabajos” (hechizos) hay que probarlos pá saber si tan bancheche como bacheche cuama -Me explicaba el viejo tata-nganga- …”

Me intentaba expresar que el “brujería mayombe” actuaba por su cuenta como si tuviera vida propia y que unas veces llegaba al resultado final de una forma y otras veces de otra. Para conseguir su propósito “el trabajo inteligente” siempre conseguía llegar al resultado fuere cual fuere la estrategia empleada para lograrlo, “…porque a la final lo que importa es que la gente quede contenta, a la gente no le interesa el cómo, sino el cuándo va a resolver…” -Recordaba Ta Jacinto a cada momento de la conversación-. La “brujería” en cuestión era para cuando un cliente solicitaba a Ta Jacinto hacer “algo” para echar a alguien fuera de su casa o incluso evitar que alguien pasara cerca de su hogar… ¡ni por el frente pasa! ¾Me enfatizo¾. Aunque también me dijo que: “…eso é muy bueno pá cuando hay que sacar a alguien como a un macao…” es decir, obligar a alguien ha abandonar un sitio ya fuera su oficina, el cine o un partido de pelota, obviamente que por las malas, doblegando su voluntad y subvirtiendo el orden natural de los acontecimientos. El ingrediente único que se utiliza en el hechizo es la baba de un gato prieto rabioso, la cual tenía que extraerse del animal siguiendo un extraño procedimiento que a continuación les relato:

“… tienes que conseguirte un gato prieto completico ya grande, mejor si es callejero, esos son mas peleones. Lo metes bajo una caja de viandas (Huacal de madera) al revés y pones unos ladrillos arriba a la caja para que no se te escape, ¡ese condenado brinca como loco cuando se ve atrapado! y si se escapa, no lo coge nadie… Luego cortas un palo de guayabo en cruz y empiezas a cuquearlo por entre los huecos del huacal de madera y te peleas con él a “mambos” (cantos rituales de los nganguleros) y a maldiciones, mientas más bravo se ponga el gato ¡ mas cuero le des! (golpes) más rápido camina (actúa) la “nsala”; le suenas unos cañangazos de chamba (tragos de chamba, bebida ritual empleada en el mayombe a base de picante y otras sustancias “mágicas”) y le prendes “fula” (pólvora negra) en los cuatro costaos de la caja y ahí es donde jalas “la cosa” (se refiere al nfumbi o perro-nganga) ¡con “puya” limpia llamas al “ñampio”! (sinónimo de nfumbe, nfumbi, etc.),

(Gallo) Mbumba nsila ko nsila ko mu bana mbi.

(Coro) Mbumba nsila ko.

(G) Mbumba nsila ko bumba mbi mata perro.

(C) Mbumba nsila ko.

(G) Malafama te busca malafama te encuentra.

(C) Mbumba nsila ko.

(G) Mu te jura simbiko puerta.

(C) Mbumba nsila ko.

(G) Mal rayo parta Lucena…

[…ah, siempre mencionando el nombre del fulano o la fulana que quieres espantar, y el lugar de donde tiene que irse, porque esta nsala es pá eso pá espanta a la gente…]  ¡Mal rayo te parta fulano de tal vete al carajo!

Profiriendo insultos y amenazas de las más prosaicas, decía mi informante, se consigue exacerbar al gato hasta un estado tal que comenzar a segregar en abundancia una baba viscosa y espumosa de color blanco a trasparente por su boca, una vez que esta sustancia se esparce por el suelo, se levanta el huacal de madera y se deja escapar al gato al grito  de: ¡Mal rayo te parta fulano de tal vete al carajo! Con esa maldición se cierra el siclo de “hechizo congo”.

“… Entonces recoges todos los restos del espumarajo del gato, lo pones en un plato de loza blanco y le montas en el medio la mpaka-mensu (se refiere a colocar la mpaka-menso con el espejo hacia abajo en el centro del plato)  pá tapar el camino de vuelta y pá tapar el “trabajo”, así nadie va a saber que tu eres el culpable de la nsala y no te la pueden devolver ¡cosa de congos de antaño!..” – aseguró el tata-nganga – “… lo velas durante la noche con cuatro “cabos de velas” que hayan estado en “campo santo” (cementerio) velando un espíritu de nombre igual al fulano o la mengana al que va dirigida la “nsala” uno en cada punto, (se refiere a los puntos cardinales del plato). Lo dejas así velándose, dos o tres horas luego guardas toda la baba en un frasco de vidrio oscuro ¡a esa wanga no le debe dar el sol! Y ya está, te la metes en el bolsillo y si es de un guateque, de la casa, del oficio o cualquier sitio bastara con con darle unas gotas a beber al fulano o la mengana y luego poner en las cuatro esquinas del sitio que no quieres que pase o este otras pocas gotas, ¡y pal carajo! – concluyo Ta Jacinto.

El palo de guayabo que sirvió para cujear al gato debe guardarse detrás de la puerta de la casa impregnado con la supuración del gato y mientras se mantenga allí estará latente la maldición contra el individuo y la “nsala” no podrá ser devuelta con lo cual es irreversible.