De forma resumida explico la diferencia fundamental entre el nkisi africano y el nkisi afrocubano, siempre refiriéndome exclusivamente al nkisi como receptáculo de una fuerza numen.
Primero: La nganga afrocubana también llamadas enganga, prenda, fundamento, caldero o simplemente nkisi (y su variante dialectal nkiso) es de origen congo según todos los estudios sobre este culto cubano. Esta nganga afrocubana es un receptáculo mágico, que contiene las “fuerzas numen” que manipula el ngangulero, quien es el sacerdote dueño de la nganga, e indispensablemente esa fuerza “fuerza numen” sea, Remolino, Nzasi-Nzasi, Kalunga, Madre de Agua, u otra, va unida al espíritu de un nfumbe, cadáver o espíritu de un difunto.
Segundo: El nkisi africano antecesor de la nganga afrocubana reside también en recipientes de diferentes tipos, pero preferiblemente el bakongo busca para su culto espacios abiertos.
En Cuba el africano ya acriollado imposibilitado de ejercer su culto en esos espacios abiertos se vio en la obligación de sintetizar ese entorno natural, habitual morada del Nkisi en un espacio reducido, que tenía la ventaja de poderse trasportar, esconder o guardar con facilidad de curioso, y sobre todo de la policía que castigaba a quienes ejercían este tipo de prácticas religiosas en tiempos de la colonia, por tal motivo predomino el arquetipo que hoy conocemos como nganga afrocubana.
De aquí que se aprecie como en las zonas rurales de Cuba los africanos pudieron conservar la tradición de consagrar árboles, lagunas y otros entornos naturales a sus Bakisi para realizar sus ritos en ellos y el fenómeno de la creación de la nganga afrocubana con el estereotipo que hoy está más extendido en la isla es su forma de caldero ya sea de barro, hierro u otro material fue más tardío.
Esté hábito de estereotipar los nkisi en calderos de barro o hierro, así como en otros recipientes, surgió en los centros urbanos cuando ya el culto se había generalizado por toda la isla.
Para el afrocubano no existe diferencia entre el nkisi que habita en un árbol, una piedra, el mar, los ríos, en la lluvia, el rayo u otros fenómenos atmosféricos o también en un determinado entorno como pueden ser pequeños bosques, riachuelos o lugares con especial “poder”, y el que habita en su nganga. Ambos cumplen la misma función y su espectro irradia todo su entorno, dándole al lugar un carácter sagrado y mágico, el ngangulero mediante el rito adecuado, puede independientemente de donde habite el nkisi “tratarlo” para hacerlo propicio y como consecuencia obtener amparo y protección de esa “fuerza numen” o entidad espiritual que él manipula.
Todo lo que contenga, historia, nombre y función es un Nkisi y puede ser manipulado por el ngangulero para sus fines mágicos.