En sus inicios, en el Mayombe de los primeros tiempos este nkisi era solo una fuerza numen que se manifestaba en el reflejo de una laguna que en determinada época del año causaba un extraño fenómeno atmosférico. Lo que se cuenta aun hoy en día en esa región de vueltabajo es que eran “luces” o “bolas de fuego azulado” que salían de la laguna cruzando a toda velocidad desde una ceiba, que aún se puede ver, sembrada en la orilla hasta el otro extremo del camino donde se encontraba otra ceiba para luego perderse en la negrura de la noche. Este sitio aun existe y se puede visitar, yo he estado muchas veces, pero nunca he alcanzado a ver el fenómeno, si me aseguran que aun hoy en día sucede “cuando lucero se acuerda de antaño”, y cualquier guajiro que le preguntes te narra la historia con total claridad y sencilles.
Los viejos congós de la zona tenían allí “sus cosas” forma que tienen de referirse a sus “secretos o misterios”. Luego al pasar de los años surgio en ese lugar Lucero Mundo que ya tenía cuerpo “atrapado” en una piedra de características peculiares y coloración gris verdosa, esto provoco que poco a poco se fuera “fundamentando” tomando una apariencia similar a la de las otra nganga propias del culto afrocubano. El sincretismo jugó un papel determinante en sus posteriores representaciones similares al orisha Eleggua afrocubano.
En realidad, siempre existió una única nganga de Lucero, Lucero Mundo, de ella se derivaron las subsiguientes que, sin variar en su forma y contenido, lo único que cambiaban era el nombre y detalles en su simbología mágica (conocidas como Firma dentro del culto mayombe), asociándola a la etapa nocturna donde se manifiesta esa fuerza numen y al tipo de ámbito donde influye, de aquí en parte surge la confusión de “los caminos de lucero”. La otra parte hay que otorgársela a la Regla de Osha y el proceso de transculturación que introdujo diferenciaciones en las “cargas mágicas” y dividió la deidad en partes aisladas, haciéndola semejante a los caminos del Eleggua afrocubano, de aquí los “21 caminos de lucero”. En el palo monte mayombe las deidades-espíritus o nkisi no tiene caminos o nzilas como les llaman hoy en día en el ajiaco religiosos contemporáneo. Existen muchos tipos de fundamentación o formas de confección para un mismo nkisi dependiendo de que rama o linaje, pero eso no significa necesariamente que sea un camino de dicho nkisi.
Como sucedió con muchos “minkisi” bakongo, estos para intentar explicar quiénes era sus dioses los asociaron a las divinidades yoruba, y en el caso de Lucero fue a Eshu, mas sin embargo entre las dos si bien existen puntos en común, en el fondo distan mucho de su influencia y relación cosmogónica dentro de la filosofía bakongo. La similitud con la divinidad yoruba de Eshu se basa fundamental mente en que ambos son los que abren y cierra los ritos, los primeros que se invocan, y su poder está concentrado en lo maligno y en la ambigüedad de la magia.