Nkangue (trad. amarre), es un hechizo mediante el cual se posee el control y dominio de lo que se ha hechizado, atado o amarrado. El amarre o nkangue del conjunto de las cuatro esquinas donde se halla el muna-nsó recibe el nombre de nkangue-andilú (trad. amarre de las cuatro esquinas), y el nkangue o amarre de cada una de las esquinas se llama nkangue-nsila» (trad. amarre de la esquina). El más utilizado es el nkangue-masango
El llamado nkangue-masango, se prepara con la paja de maíz, luego de preparado se escupe, se le «sopla» chamba y humo de tabaco, y luego se envuelve todo con la misma paja de maíz (o bien con dos pajas) haciendo varios nudos (generalmente tres). Básicamente este nkangue o amarre es el que más se utiliza para trabajar casi cualquier cosa, se amarra el amor, la suerte, el dinero, el trabajo, a un enemigo, cualquier propósito puede ser amarado, atado subyugado a la voluntad del tata-nganga que realiza el nkangue o amarre a petición de su cliente.
Estos tipo de nkangue o amarre llamados, nkangue-masango tienen un procedimiento común que ejecuta el tata-nganga o la yaya-nganga y casi siempre consiste en colocarlo sobre la nganga y cantarle algún mambo de los que cantan los nganguleros para tal efecto, como éste, recogido durante un ritual de hechicería presenciado en el nsó-nganga de Edelmiro Saavedra y que es muy conocido por todos los nganguleros:
«Arrurú nkanga-nsila, ¡cómo nkanga! (trad. ¡cómo amarra!), Arrurú nkanga-nsila,
En mi libro El Mundo de los Brujos relato con total fidelidad un tipo de amarre o nkangue que me enseño mi taita a hacer siendo yo un niño. Se utiliza para cuando se necesita como él decía “volver un sitio invisible” metafóricamente hablando, se refería a cerrar el sitio mágicamente de forma tal que nadie lo visite o algún intruso lo invada.
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