EN EL PALO MONTE MAYOMBE
Existe una gran variedad de ceremonias y ritos religiosos en el Palo Monte Mayombe, entre los que podrían citarse los siguientes:
Sacrificios cruentos e incruentos ofrecidos a las «ngangas», a los difuntos y a las fuerzas de la naturaleza.
«Despojos» o ritos de purificación.
«Rayamientos» o «juramentos», que son rituales iniciáticos.
Oráculos.
Dentro de este contexto dedicado voy a dedicar un apartado al análisis de la estructura de uno de los rituales más comunes, concretamente al sacrificio de animales.
Puede establecerse que las finalidades de esta clase de sacrificios rituales son múltiples: establecer «pactos» con los espíritus, aplacar la cólera de los espíritus por el quebrantamiento de alguna norma religiosa, ofrecer dichos sacrificios como cumplimiento[1] de alguna promesa formulada a cambio de algo que haya sido concedido (lo cual se llama «cumplimiento»), y otras.
Por otra parte, los nganguleros también realizan estos sacrificios con motivo de la celebración de la onomástica de un espíritu protector o del «ángel de la guarda» de un ngangulero siguiendo la correspondencia del sincretismo religioso de la religión católica; por ejemplo:
Nsasi-Nsasi/Santa Bárbara…………… 4 de diciembre.
Tá Kañeñe/San Lázaro…………………… 17 de diciembre.
Madre de Agua/Virgen de Regla….. 7 de septiembre.
Mama Kéngue/Virgen de las Mercedes………. 24 de septiembre.
Finalmente, también hay que señalar que los nganguleros realizan sacrificios de animales con motivo de la celebración anual del cumpleaños de «rayamiento» y de la «nganga». Esto quiere decir que el ngangulero celebra la festividad anual que conmemora el día en que pasó el ritual del «rayamiento»; y que también celebra la festividad anual que conmemora el día en que «fundamentó» su «nganga».
Esta clase de sacrificios pueden hacerse tanto en el propio «nsó-nganga» como en otros lugares, como por ejemplo: en el cementerio, en el monte, junto a un árbol sagrado, en una encrucijada de caminos, a la orilla del mar o de un río, en la cima de una montaña, en una cueva, junto a la línea del ferrocarril, y en otros lugares.
Aunque se ha establecido que las finalidades de estos sacrificios rituales pueden ser múltiples, puede afirmarse en última instancia que existe realmente una motivación principal y que es esencial: una vez que las fuerzas de la naturaleza, los espíritus, los «mpungu» o la «nganga» (según a quien o a quienes se hayan ofrecido) hayan sido completamente «saciadas», se busca la transmisión de sus fuerzas a los fieles (especialmente al oferente o a los oferentes) y el establecimiento de una «comunicación» efectiva, ya sea de forma directa (a través de la «posesión») o bien de forma indirecta (por medio del oráculo).
Esta clase de sacrificios cruentos son muy apreciados y frecuentes entre los nganguleros debido a que conceden a la «ménga» (trad. sangre) un carácter sacro. La «ménga» es sagrada, y así lo confiesa un afamado Tata-Nganga:
«Nuestros antepasados africanos nos enseñaron que la «ménga» es un elemento muy sagrado al ser una unidad físico-espiritual que es a un tiempo: agua, fuego, palabra y semilla».
No obstante, conviene también señalar que los nganguleros consideran a la «ménga» como un «instrumento-vehículo» o un «puente» a través del cual transitan las fuerzas desde la entidad homenajeada al oferente (u oferentes) y viceversa.
En determinadas ocasiones, especialmente en los ritos de purificación o «despojos», los restos de los animales son conducidos juntos con un «derecho» (tributo simbólico) a un lugar establecido por la entidad que ha sido objeto de la ofrenda (por ejemplo: a una encrucijada de caminos, al cementerio, a un río, al mar, al monte, o a cualquier otro lugar); sin embargo, en ocasiones, como en el caso de los sacrificios que se realizan en el ritual iniciático del «rayamiento», dichos restos de animales sacrificados sirven de «alimento espiritual» a modo de «comunión mística», con la propiedad de recibir fuerzas de las entidad homenajeadas.
En este artículo se verá cómo se desarrolla un ritual de sacrificio de animales a la «nganga» y a los espíritus difuntos. Dicho ritual religioso está perfectamente estructurado en cinco partes o secuencias rituales muy bien definidas:
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[1] En el Palo Monte Mayombe, la acción de cumplir una promesa recibe el nombre de «cumplimiento» o «cumplimentación».