San Francisco de Asís
San Francisco de Asís

San Francisco de Asís

En la zona suburbana de la localidad de Sagua la Grande, está situado el Cabildo de San Francisco de Asís (El Congo) del que se dice fundado en la barriada de Pueblo Nuevo en 1809 por africanos libertos de origen Congo: Francisco Altazar ―alias Pancho― y María Lorda.

El Cabildo se fundó primeramente una cuadra detrás del lugar actual que ocupa, era de madera, techo de guano y piso de tierra. El ciclón de 1926 destruyó esta sociedad y se vieron en la necesidad de levantarla nuevamente, una cuadra más arriba donde está actualmente en la calle Betances, del barrio Pueblo Nuevo.

La sociedad medía 12 metros de ancho y cuenta ahora con 4 nada más, tenía un pozo de fundamento en el fondo de la casa donde los creyentes hacían cultos y danzaban. Este cabildo era patrocinado por la caridad humana, es decir, el pueblo contribuía a su sostén mediante colectas, productos alimenticios, velas, aceites, etc. Algunas modificaciones en el lugar, de acuerdo con el estado original de la edificación, revelan el actual rectángulo de tablas con techado de rústicas tejas su antiquísima estructura. La vieja puerta de acceso al reducido local avizoraba el grandioso altar donde sobresalía por su dimensión y tamaño, la efigie de San Francisco. A uno y otro costado de esta figura, se situaban: el tambor “Catalina”, en cuya parte anterior aún se destacan dos símbolos de cubanía: el escudo y la bandera nacional; y los denominados tambores “Lombos”, acompañados del instrumento mayor, y empleados en la procesión del Santo, en su aniversario.

En la semana en que se celebraban las fiestas del aniversario del Santo, el Cabildo y las calles de los alrededores eran embellecidos; se limpiaban y se adornaban con banderitas, pencas de guano y flores. En sus alrededores había kiosquitos que vendían empanadas, rositas de maíz, frituras, naranjas y todo tipo de frutas, arroz congrí, carne de puerco y tamales para disfrute del pueblo.

Estas fiestas eran muy grandes y de gran repercusión en Cuba. Se celebraban entre los días del 3 al 12 de octubre (“Día de la Raza”). Tuvieron tanta trascendencia que, desde todos los puntos y rincones de la Isla, acudían para esta procesión. Venían por ferrocarriles, carreteras, todo tipo de vehículos, a pesar de la inclemencia del tiempo, pues llovía mucho por esas fechas.

Es digno de mencionar la influencia política y religiosa que tenían estas fiestas, pues los políticos se valían de esta coyuntura para utilizarlas como medio propagandístico para sus beneficios electorales. La Iglesia Católica al observar la gran repercusión que tenía la misma, trató de comprar el Santo con fines egoístas y mercantilistas, pero eso no fue aceptado por los miembros de la Sociedad, por lo que la bendición del Santo le fue retirada. A partir de ese momento, la procesión se realiza en los alrededores del barrio.

El Santo: San Francisco de Asís.

A los congos libres fundadores del cabildo, se les permitió la compra del Santo en España, gracias a la negra liberta Inés Lorda, quien reunió 59 monedas de oro para obtenerlo. Llegó a Cuba el día 2 de octubre de 1809 e inmediatamente después fue trasladado a la Iglesia Parroquial para que fuera bendecido.

Este Santo fue traído en barco hacia Cuba, y conjuntamente con él venían dos tambores y la Parihuela. Este hecho de biscuit; es un santo blanco, poco usual, pues sus patrocinadores eran negros. Aproximadamente su tamaño es de 4 pies y medio; su cuerpo viste de carmelita, la barba negra, la manta que cae sobre sus hombros es carmelita, adornada con luces blancas. En su parihuela, recorría las calles acompañado del tambor Mayor ¨Ngoma¨ o “Catalina”, y el otro, más pequeño, “Kundiabato”.

Los Tambores.

Los tambores Makuta que venían con El Santo, tienen su nombre personal respectivo, el tambor mayor de dicho cabildo congo tiene dos nombres; uno africano llamado “Nsumbi”, y otro llamado “Catalina”, en honor a una famosa morena, del mismo nombre, que fue reina de este cabildo. Este tambor, según cuentan es sagrado. Existe una leyenda que refieren los miembros del cabildo, relacionada con los toques de carácter “espontáneos” del tambor “Catalina” cuando un congo iba a morir. El aviso de la deidad, en concordancia con el testimonio de los que tuvieron la oportunidad de escucharlo, siempre fue cumplido.

El segundo tambor de toques de Makuta, se llama en Cuba, “Kundiabato”. Ambos tambores están pintados, el mayor tenía primeramente, la caja de color azul y los flejes que lo ciñen, de color blanco, situados sobre una media luna, que en este caso no es un símbolo reconocido como auténtico de la nación conga. Luego en 1947, el tambor fue rediseñado y pintado con 3 franjas horizontales, de color azul, blanco y rojo, y en su centro una representación del Escudo de la República de Cuba, por lo que puede afirmarse que ya no es el tambor del Congo, sino de Cuba.

El tambor mayor lleva una sustancia pegada en el centro del cuero que sirve para templar el cuero sonoro y no puede dársele candela. La sustancia se forma con la mezcla de otras tres sustancias en lo fundamental: cenizas de carbón vegetal, tela de araña, y pasta de dulce de guayaba. El tambor “Catalina” no todos lo podían tocar, sino el que estaba destinado para esta tarea.

Los Bailes.

El primer baile es ceremonial, y es conocido como baile de banderas. Un guía lleva la bandera, canta, y bailadores agrupados responden a su canto; mientras se acercan al sitio donde se encuentran los tambores, esto lo realizan flexionando piernas y brazos al llegar, repiten el baile sin dar la espalda al Santo. Esta misma acción se realizaba al dirigirse al “Pozo de Fundamento”, acompañado por los toques del tambor sagrado.

El “Pozo de Fundamento” (Kunanyanga), de 6 o 7 metros de ancho por 7 metros y medio de profundidad, se encontraba situado en el patio de la casa original del Cabildo. La tradición dice que vivía en este sitio de ceremonia privilegiada, uno de los fundamentos religiosos que, para algunos era un majá; animal que despierta hoy un aire de leyenda africana sobre el lugar. Había quienes, por mandato religioso, se bañaban o bebían de las aguas del pozo. Cuando se le daba de comer al fundamento se iluminaba con velas alrededor, y al mismo tiempo se le tocaba con los tambores.

Además de los bailes congos se realizaban fiestas bailables durantes los días del aniversario que eran competitivas, asistieron a las mismas, rumberos famosos de esta isla, como: Andrea Baró, Conde Bayona, Manana, Mulense, además de orquestas como: La Aragón, Arcaño y sus Maravillas, entre otros.

Los bailes más significativos eran: el baile de los cuchillos, donde los bailadores mostraban su destreza; el pugilístico de maní, en el cual los bailadores se tiraban piñazos y el tocado debía retirarse de la rueda. También se bailaba Makuta y Yuca.

La Procesión.

En la ciudad de Sagua la Grande esta procesión recorría todas las calles y era acompañada por la banda municipal hasta el crucero del ferrocarril donde era recibida por los tambores de fundamento. A su paso el pueblo se iba incorporando, en una procesión imponente, todos con velas, pencas de guano, cantando y bailando.

En el Cabildo Kunalumbo, en sus inicios conformado por negros esclavos traídos a Cuba mediante la trata esclavista, se ejecutaban a través de la devoción al santo, bailes originales y danzas representativas de sus regiones natales africanas. Fueron los fundadores Francisco Altazar (Pancho) y María Lorda quienes encabezaron la entonces reconocida sociedad “San Francisco de Asís” en 1909. Kunalumbo está considerado el primer cabildo congo de Cuba y en la actualidad es un Centro de Promoción Cultural donde se transmiten las tradiciones culturales y religiosas de la cultura africana, específicamente de origen congo, y se rinde tributo al Santo devoto “San Francisco de Asís”. Esta institución está permanentemente abierta al público, y sus depositarios tienen como característica sentir como suyo este lugar, partiendo del argumento de conservar el cabildo para que futuras generaciones lo conozcan.

Articulo corregido y ampliado por: Félix Daniel Font More