Para algunos, Cobayende o Coballende se sincretiza como San Lázaro entre otros nombres como Tata Pansua, Patillaga etc., pero lo cierto es que existió un Cobayende o Coballende. En Quiebra Hacha, Mariel, Ciudad de La Habana, en el barracón del ingenio Balbanera, fundado en 1800 por el Conde de Villanueva, vivió un negro congo, de estatura y fuerza considerables, de nombre Cobayende o Coballende.
El esclavo enfermó de algún mal venéreo y contaminó a muchos de la dotación, por lo que fue expulsado por su dueño. Se retiró a la sierra de los Condenados, cerca del mogote de Jagua, en Pinar del Río. Un día que se sentía cansado, y estaba acostado, tuvo un sueño con Nsasi, donde le fue revelada su cura mediante el empleo de ciertas yerbas. Cobayende lo hizo, y después fue varios días de dolores insoportables fue al río Caiguanabo, donde renació a la vida sana en sus límpidas aguas.
Cobayende o Coballende se convirtió en curandero luego de que todos vieran el milagro que se había logrado en él y su fama corrió de boca en boca entre las poblaciones de esas agrestes comarcas, donde vivió largo tiempo. Muchos acudían a él para curarse, y así surgieron leyendas sobre sus milagros. Después de su muerte fue enterrado con sus “cosas” y decían que todos los árboles y yerbas del rededor al lugar de enterramiento tenían la virtud de curar y hacer milagros por lo que se utilizaban con frecuencia para los ritos de iniciación que se hacían por salud.