En esta oportunidad el Tata nkisi Nsasi malongo-malongo Briyumba Batalla Tronco Ceiba Lucero Madruga, nos habla en este pequeño extracto de un video mucho más largo, sobre algunos procedimientos que se aplican en la ceremonia de rayamiento.
Quiero haces énfasis en que lo que aquí expresa, el Tata Batalla Tronco Ceiba, es alusivo a las normas de la ceremonia de rayamiento de su rama o linaje. Y aunque era común seguir esta pauta en casi la totalidad de los nsó-nganga, hasta hace muy poco en el Occidente de la isla, tengo que reconocer que la regla y la ceremonia de rayamiento ha cambiado en los últimos 25 años de forma vertiginosa. Dentro de Cuba y más aún fuera de la isla, donde se han incluido procedimientos y nuevas formas en la ceremonia de rayamiento, muy alejadas a las practicas originales, como lo es la “entrega” de ciertas potestades y atributos a los ngueyo.
Me gustaría llamar la atención de lo que el Tata Batalla Tronco Ceiba expresa, cuando se refiere a que: “apura”, esto significa según la regla, que solo se puede hacer la ceremonia de rayamiento “directo”, es decir pasar por el rito de ngueyo y Tata-Nkisi o Yaya-Nkisi el mismo día a aquellas personas que “brincan”, “montan”, “caen en trance” o en definitiva tiene esa capacidad espiritual.
Hoy en día desafortunadamente cualquiera compra una ceremonia de rayamiento directo de Tata-nkisi o Yaya-nkisi, cosa que hace tan solo unos años no era posible. Si usted no tenía esa capacidad espiritual no podía asumir el cuidado de un nkisi ya que es indispensable para la conexión espiritual entre ngangulero, nfumbe y mpungu. Lamentablemente eso se ha perdido en gran parte dentro de la Regla de Palo Monte. Y el Palo Monte tiene sus propias formas para que el individuo que se va a realizar como ngangulero desarrolle esa conexión espiritual, indispensable antes de llegar a poseer un nkisi.
La ceremonia del Yimbi o “asentamiento” una antigua practica del Palo Monte Mayombe.
Los ritos actuales en el Palo Monte difieren de lo que hace tan solo 50 años se hacía, los cambios a veces han sido tan profundos que han perdido en las formas y el fondo su significado original, para convertirse en opinión de algunos en meros formalismos ceremoniales carentes de “espiritualidad” y “poder”.
“… el mayombe ya no es lo que era antes, antes “jugábamos” toda la noche para “tumbar” (eliminar) un enemigo y al amanecer estaba tieso (muerto), las nganga, las matadi y hasta las mpakas se movían ¡delante de tus ojos cuando se les invocaba! Cualquiera ha escuchado historias de piedras que bailaban, o de nfumbe metido dentro de un muñeco de madera de jobo, ¡es la mejor madera para fabricarlo!, que salían a caminar y aparecían asustando a la gente en los caminos y hasta cuentos de tata-nganga y yaya-nganga que sabían volar y transformarse en animales. Hoy en día, es una pena solo se vive de los recuerdos de las historias de los viejos de ataño, ya no se “guerrea” como antes. En cada nsó-nganga sabíamos quién era tata o yaya y quien era ngueyo, porque se presentaban en cada “plante” para que los reconocieran. ¡Antes sí se jugaba palo de verdad! – se lamentaba un ngangulero pinareño de 90 años en una de las múltiples entrevistas que he realizado por toda la isla de Cuba.Actualmente el común denominador en la religión del Palo Monte es la perdida sustantiva de elementos rituales propios y la incorporación masiva de ajenos. La proliferación de templos o nsó-nganga ha creado un boom acompañado de un “rescate de tradiciones” que no son más que seudofolclor a veces evidente y otros enmascarados en apariencias. El caso más llamativo es la ceremonia de iniciación.