En los ritos donde se celebra el sentido del culto, se han introducido cambios por la intromisión de elementos cristianos, como son la catequesis, el bautismo y la comunión. Un informante de Lydia Cabrera describe una ceremonia de curación donde aparece un auténtico sincretismo palero-cristiano:
Una Inspiración [sacerdote y entidad de la Regla Kimbisa] curó a J.T. cuando enloqueció de tanto beber. Entre las fichas que conservo aparece esta [ficha] en que J.T. cuenta lo que aconsejó la Inspiración cuando sus hermanos de religión consultaron su caso. El Padre Maestro [sacerdote mayor] rogó en esta oración que se le concediera colaboración divina para curarlo.
«Yo, Tata Va Nsambi, hijo del Padre Cuatro Vientos Nganga Nkisa, Nkisi Predilecto sobre el Poder del Tabernáculo y José Facundo y Madre del Cristo de los Dolores por la Misericordia de Dios y de los Poderes Santos que animan el Tronco de la Fe, en el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo, Espíritu Santo, trasmíteme la comunicación sobre el Padre Jesús Nazareno Nkisa, hijo de Casimiro Tronco Va Ceiba, Mayordomo Perpetuo [sacerdote auxiliar] de San Benito de Palermo. Revísteme con el poder natural para hacer y deshacer cosas visibles e invisibles bajo el Espíritu que me guía y del potente astro dominante. Concédeme pasar por este cuerpo pecador el divino espíritu que lo domina con ensalmo de Jesús lo ampare, Jesús lo guíe, Jesús lo vuelva a su sano conocimiento. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén. (Cabrera, 1986: 66)
El plano mitológico también sufre transformaciones, ya que como señalamos en el capítulo «Ifá: la semiótica del oddun»[1] en los patakí, cuerpo de mitos y leyendas, los cuales otorgan el sentido total a los sistemas adivinatorios y al complejo Ocha-Ifá, se desenvuelve el nivel profundo de lo nombrado. Sin embargo, allí encontramos numerosos materiales culturales ajenos con relación al referente original de la praxis religiosa de los yorubas, y los poemas oraculares de los babalawos nigerianos devinieron en el nuevo contexto, formalmente, y en algunos oddun [<luc. ‘signos del oráculo de Ifá’], esencialmente, parábolas bíblicas.
A continuación se relacionan algunos de los elementos cristianos presentes en los sistemas de creencias cubanos de sustrato africano:
Con la excepción del Palo Mayombe Judío, las demás manifestaciones religiosas de sustrato africano (Regla de Ocha, Arará, Briyumba y Kimbisa) exigen el bautismo como primer paso de los rituales iniciáticos por los que ha de transitar el neófito. El agua de la pila bautismal es un elemento imprescindible para la consagración de las reliquias sagradas de los diferentes cultos. Los collares, las imágenes o iconos, las medallas, los otanes o piedras de los orichas, el matari o piedra-imán del tata nganga o iyalocha, el omiero o agua lustral, contienen, entre otras sustancias, agua bendita.[2]
Muchos creyentes asocian la «santísima» piedra-imán con la aparición de Nuestro Señor Jesucristo a la samaritana en el Monte Sinaí. Según ellos, el fetiche fue bendecido por el mismo Jesús cuando bautizó a la muchacha de Samaria.
Casi todos los practicantes poseen una libreta en la cual aparecen las oraciones básicas de la catequesis cristiana. De estos rezos se valen ellos para, junto con algunos otros, en «lengua lucumí», llevar a cabo los diferentes «trabajos» relacionados con el culto: ceremonias de consagración, cumplimientos, de consulta o adivinación, de exorcismos, etcétera. Cada día de la semana tiene sus oraciones; cada fetiche, incluyendo la piedra-imán, sus rezos; cada culto, sus plegarias. La mayoría de ellos son tomados de la liturgia eclesiástica. Algunos santeros tienen la traducción «yoruba» del Credo, el Padre Nuestro y el Ave María entre otras oraciones. El agua de la pila bautismal es un elemento imprescindible para la consagración del oficiante y sus atributos.
Aparte de asistir a misa casi todos los domingos y fiestas de guardar, muchos practicantes son fieles cumplidores de los preceptos de la Semana Santa. Esto está dado, por ejemplo, en la abstinencia a consultar durante ese período. Los mayomberos judíos reciben prenda el Jueves Santo, porque, según ellos, «ese día el diablo anda suelto y es ideal para capturar los espíritus maléficos». Los osainistas (yerberos) consideran el Sábado de Gloria antes de salir el sol como el momento propicio para recolectar yerbas y bejucos impregnados del rocío sagrado del amanecer del día en que resucitó el Señor. Las principales ceremonias del culto Vudú[3] se realizan durante la Semana Santa.
[1] Consúltese al respecto Fuentes Guerra, Jesús/ Gómez Gómez, Grisel (1994: 37-63)
[2] Al respecto se refiere Castellanos/ Castellanos (1992: 13): «El aché de la religión blanca reforzaba el del babalao o mayombero, multiplicando su eficacia. Por eso -para no citar más que un ejemplo- en ciertas manipulaciones era indispensable el uso del agua bandita extraída subrepticiamente de un templo católico, práctica tan común que en muchas iglesias, para evitarlo, los sacristanes mantenían secas las pilas».
[3] Sistema de creencias sincrético de sustrato africano (adja-fon + algunos componentes congos) introducido en la zona oriental de Cuba por inmigrantes haitianos y practicado por sus descendientes. Consúltese al respecto James Figarola/ Millet/ Alarcón (1998).