PALEROS, GANGULEROS O MAYOMBEROS
PALEROS, GANGULEROS O MAYOMBEROS

PALEROS, GANGULEROS O MAYOMBEROS

Los paleros, ganguleros o mayomberos[1] creen en una divinidad suprema llamada Sambi o Sambiampungo [<kik. Nzambi ‘Dios’; <kik. Nzambi Mpungu ‘Ser Supremo’].[2] Según ellos, este dios se divide en dos partes: Sambiampungo bisa munansulo [<kik. Nzambi Mpungu ‘Ser Supremo’ + <kik. wisa ‘poder, autoridad’ + <kik. muna ‘dentro de’ + <kik. zulu ‘cielo’], quien creó las cosas de arriba: el cielo, las nubes y los astros, y Sambiampungo bisa munantoto [<kik. Nzambi Mpungu ‘Ser Supremo’ + <kik. wisa ‘poder, autoridad’ + <kik. muna ‘dentro de’ + <kik. ntoto ‘tierra’], quien hizo las cosas de abajo: la tierra, las plantas y los animales. Ellos dicen que después de concluido el acto de creación, el Señor se alejó de los hombres, pero, antes de irse, puso como mediadores a sus mensajeros los enkitas o empungos [<kik. nkita ‘espíritu-fetiches’; <kik. mpungu ‘supremos’] y a partir de ellos, influenciados por el catolicismo popular imperante en la Isla, idearon una especie de hagiografía o panteón congo, a manera de los orichas lucumí, lo que nada tiene que ver con el sistema de creencias tradicional bantú. Surgen así los enkitas kuna masa [<kik. nkita ‘espíritu- fetiches + <kik. kuna ‘hacia’ + <kik. maza ‘agua’], entidades acuáticas, y los enkitas kuna enseke [<kik. nkita ‘espíritu-fetiches + <kik. kuna ‘hacia’ + <kik. nseke ‘sabana herbosa, matorral’], santos de la manigua. Ellos reciben nombres muy llamativos de acuerdo con las características de la deidad que está representada en el enkise [<kik. nkisi ‘fetiche’], receptáculo mágico o fundamento, al cual me referiré más abajo.[3] Se establece entonces una igualdad nominal de santorales «congo» – lucumí – católicos con algunos nombres de reminiscencias bantúes y/o españoles:[4]

La versión etimológica kikongo de estas deidades o fetiches sería la siguiente: Enkuyo [<kik. nkuyu ‘espíritu errante’]; Ensasi [<kik. nzazi ‘rayo’]; Sarabanda [<kik. sala ‘trabajar’ + <kik. banda ‘objeto sagrado’, lit. ‘trabajar algo sagrado (como es el hierro)’]; Nkuyo Watariamba [<kik. nkuyu ‘espíritu errante’ + <kik. wa ‘de’ + <kik. tadi ‘piedra’ + <kik. mba ‘fuego’, lit. ‘espíritu errante de la piedra del fuego’]; Mama Kalunga [<kik. mama ‘madre, título de respeto’ + <kik. kalunga ‘mar’, lit. ‘madre del mar’].[5]

Es preciso, para comprender este credo adentrarnos en el munanso o ensó (en)ganga [<kik. muna ‘dentro de’ + <kik. nzo ‘casa’ o <kik. nzo ‘casa’ + <kik. nganga ‘médico-adivino’], casa-templo donde oficia el tata enganga [<kik. tata ‘padre’ + <kik. nganga ‘médico-adivino’] sacerdote principal, junto con la engudi enganga [<kik. ngudi ‘madre’ + <kik. nganga ‘médico-adivino’] madre de prenda o sacerdotisa, el bakofula [<kik. ba ‘prefijo clasificador que expresa plural o persona de dignidad y respeto’ + <kik. nkulu ‘anciano, los que saben’ + <kik. mfula ‘pólvora’, lit. ‘los que saben trabajar con la pólvora][6] o mayordomo y los moanas [<kik. mwana ‘hijo’] o recién iniciados.

Siempre, según ellos, su regla (o religión) se divide en dos ramas: la buena y la mala; por lo tanto, hay un (en)ganga bueno o cristiano y un (en)ganga malo o judío. Aunque la mayoría de los practicantes realizan ambas funciones. Para los africanos eso resulta gracioso e incongruente, ya que, por supuesto nadie iría a consultar a un nganga mbi o (en)ganga judío, si es que existiera.[7] Por otra parte, en Cuba se cantan mambos [mambo <protobantú *imba ‘cantar’] que mencionan a un endoki bueno y a un endoki malo [<kik. ndoki o muloki ‘brujo, hechicero’]. Lo que en el contexto africano sería inconcebible. ¿Quién ha visto alguna vez a una ndoki mbote, a una bruja buena?

Para entrar en el munanso es necesario identificarse y saludar. El palero es una persona muy desconfiada. El visitante toca a la puerta y desde dentro le preguntan:

Nganga: «¿ki endiambo kuenda munanso?» [<kik. nki ndiambu kwenda muna nzo? ‘¿Qué asunto te traen a la casa?’], lo que en palero equivale a ¿quién viene a mi casa-templo?

Visitante: «Son criollo, son pino nuevo, panga mundele [<kik. mpangi ‘amigo’ + <kik. mundele ‘hombre blanco’]. Lo que es lo mismo, un cofrade blanco.

Se pregunta además:

Nganga: «¿Ki enkita, ki entata, ki enkisi?» Es decir, que se identifique al mencionar el nombre del fetiche o santo de la casa-templo [<kik. nki ‘qué’, <kik. nkita ‘espíritu-fetiche’], del padrino [<kik. nki ‘qué’, <kik. tata ‘padre’] y el apelativo ritual del propio practicante.

Una vez dentro saluda a todas las entidades allí presentes[8], al tata (en)ganga o sacerdote mayor, a la engudi (en)ganga, madrina de prenda o sacerdotisa, también conocida como enkento enganga [<kik. nkento ‘mujer’ + <kik. nganga ‘médico- adivino’], a los moana enganga[<kik. mwana ‘hijo, niño’+ <kik. nganga ‘médico- adivino’], recién iniciados, así como a los engombe o moana entú engombe [<kik. mwana ‘hijo, niño + <kik. ntu ‘cabeza’ + <kik. ngombe ‘buey, vaca’] que son los médiums o iniciados de más jerarquía, y se llaman así porque los ganguleros creen que el espíritu del muerto «monta» al moana como a un engombe al caer en trance. Ellos identifican a este último animal «vaca» o «buey» en kikongo con «caballo». Y finalmente termina el saludo con una parla ritual al enfumbe [<kik. mvumbi ‘cadáver’] o fuiri [<kik. fwidi ‘pret. de fwa, morir’] o sea, al muerto, quien simbólicamente se hospeda en el enkisi o makuto [<kik. ma ‘prefijo de clase plural’ + <kik. nkutu ‘saco’], que es otra forma de llamarle a la prenda, fundamento o recipiente mágico. En África se utilizan cuernos, calabazas huecas o estatuillas zoomorfas o antropomorfas para estos menesteres fetichistas o mágicos, mientras que el enkisi cubano se ha estandarizado en su forma de cazuela de barro o hierro.

[1]   Para la división de la Regla Conga en sus tres ramas: Mayombe, Briyumba y Kimbisa, consúltese Fuentes/ Schwegler (2005) y las fuentes allí citadas.

[2]   Por razones técnicas los nombres paleros aparecen en negrita y la etimología kikongo, en cursiva. El símbolo < dentro del corchete indica que un término «procede» o «se deriva» de otro mencionado con anterioridad. La abreviatura kik. remite al idioma kikongo. Para las etimologías, que casi siempre aparecen en corchete, me basé en mis conocimientos del kikongo y en los diccionarios de Laman (1962) y Swartenbroeckx (1973).

[3]   El enkise, receptáculo mágico o recipiente espiritual de los paleros también se conoce indistintamente como fundamento, prenda, cazuela, caldero o macuto. El nkisi o el objeto mágico-religioso de los bakongo, llamado fetiche por algunos antropólogos, es definido por Van Wing de la siguiente manera: «C’est un objet artificiel censément habité ou influencé per un

esprit, en tout cas doué par lui d’un pouvoir surhumain; et cet esprit est sous la domination d’un homme». Citado por Nsondé (2000: 260)

[4] La mayoría de las lexías y expresiones paleras que etimologizo en este artículo han sido recogidas durante mi trabajo de campo en la provincia de Cienfuegos. Casi todas ellas aparecen también en los repertorios léxicos paleros ya publicados -con diferentes grados de distorsión fonética, errores de segmentación y desaciertos conceptuales y etimológicos-, como en el imprescindible Vocabulario congo: el bantú que se habla en Cuba (Cabrera, 1984), en el desconcertante Diccionario de la lengua conga residual de Cuba (Díaz Fabelo, 1998) y en el fantasioso Ta Makuende Yaya… (de Bolívar / González, 1998). Glosarios de remanentes del Palo Monte cubano tratados con más rigor científico pueden consultarse en González Huget/ Baudry (1967), García González, José (1973), García González/ Valdés Acosta (1978), Valdés Acosta (2002), Schwegler (2002 y MS), Fuentes Guerra (2002) y Fuentes/ Schwegler (2005).

[5]   Para la etimología de las deidades de la Regla Mayombe consúltese Fuentes/ Schwegler (2005: 131-200).

[6]  Una etimología inicial de este término aparece por primera vez en Fuentes/ Schwegler (2005: 49, nota 39) y un análisis más detallado de la voz en cuestión podrá consultarse en Schwegler (MS).

[7]   Una caracterización del practicante tradicional africano y su receptáculo mágico aparece en Fuentes Guerra (2000). Entiéndase además que el autor de este ensayo no pretende en ningún momento «corregir» concepciones de la Regla de Palo Monte cubana, intentando absurdamente «africanizar» el credo; yo sólo me limito a describir comparativamente datos lingüísticos en ambos contextos cultuales (el bantú y el cubano).

[8] Ejemplos y descripciones de «saludos rituales» puede hallar el lector en Fuentes Guerra (2002: 19-20) y en Fuentes/ Schwegler (2005: 67-71). También aparecen diferentes saludos de este tipo, pero sin etimologización alguna, en Cabrera (1954, 1977, 1979 y 1984).