La nganga afrocubana dedicada al nkisi Nzazi (Nzazi Nzazi, Nzazi Mpungu, Siete Rayos) tiene correspondencia total con el nkísi de los bakongo del mismo nombre. Mientras que el fundamento Sarabanda [<kik. sála bánda ‘trabajar algo sagrado’] no he podido localizarlo en el Bajo Congo, por lo que, según mi opinión, se conformó en tierra cubana. Lo “sagrado” que caracteriza a este espíritu-fetiche es el hierro, considerado así entre los bakongo. El ngàngà lùvu africano trabaja la forja de este mineral. Mama Wanga y Mama Chola (Chola Wenge) constituyen otros mpungos que no aparecen en el África bantú.
Nkuyu es para los bakongo el alma de un difunto, espíritu errante, espectro, fantasma. Los paleros lo consideran como la entidad que habita una cazuela y que a su vez es una de las monta de Lucero Mundo o Mañunga o el Ánima Sola (Eleguá yoruba-lucumí). La relación semántica es muy cercana (espíritu errante / Ánima Sola), pero espíritu-fetiche como tal, con ese mismo nombre (me refiero a Nkuyo) no lo tienen los nganga del Bajo Congo. Esta entidad es posible que esté más relacionada con las bandòki o hechiceros. Y el campo de la hechicería bantú está vedado para el investigador. Centella Ndoki (otra monta de Mama Wanga) parece ser también un empungo judío, es decir un ente vinculado a los mpêvé zimbí, espíritus malignos de los bakongo.
Hay correspondencia entre el Nkita Kiamasa, el Nkita Nkita, el Nkita Kuna Mamba y el Nkita Kuna Masa cubanos, y el espíritu-fetiche de los bakongo Nkita ‘nkísi de las aguas, dios del agua, dios del mar’. Las entidades cubanas son diferentes caminos de los fundamentos de Madre de Agua o Mama Kalunga.